miércoles, 8 de enero de 2014

Decálogo del vendedor ocasional de libro antiguo

Recientemente se interesó por la posibilidad de vender un libro antiguo un no-coleccionista, no-bibliófilo y me pidió consejo. Este decálogo es lo que puedo ofrecer.

0. Disfruta y conserva tus libros antiguos.

Puedes hacerlo investigando para qué se usaba ese libro, si era para pasar las tardes de invierno leyendo a la luz de las velas, o servía para guardar cartas o para prepararse para ingresar en el ejército o saber qué pasaba más al otro lado del mundo. También puedes investigar cómo llegó a tu familia y quien lo disfrutó también puede ser interesante.

1. No lo vendas

No vendas tu alma

Fuente

Con los libros antiguos se da la situación paradójica de que tienen más valor para el poseedor esporádico que para un coleccionista.

Para un coleccionista un libro del siglo XV puede tener un valor astronómico, y uno del 1700 sin ninguna singularidad destacada puede tener valor nulo.

Hay leyes injustas y la de la oferta y la demanda es de las más injustas.

2. No consultes a un bibliófilo

Bibliófilo (éste no soy yo)

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Los bibliófilos se especializan en periodos, temas, formatos, autores, obras, géneros o encuadernaciones concretas. Es muy difícil encontrar a uno al que le guste tu libro.

A mí me gustan los góticos, de matemáticas (si es sobre logaritmos mejor) o con grabados o de algún periodo, estilo o tipografía que todavía no tenga.

3. No busques precios en librerías

Librería Shakespeare & co.

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Los libreros buscan al bibliófilo idóneo para cada libro, a un médico retirado un libro de medicina renacentista o a un abogado una compilación de derecho romano, a los que el libro les llame más que a otros y puedan pagar un precio alto.

Resumen del párrafo anterior: si consultas precios de libros similares al tuyo en librerías te va a costar mucho tiempo encontrar a alguien que te lo compre.

4. No lo vendas en eBay

Reputación on-line

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En eBay hay un coste oculto por falta de reputación digital como vendedor. Si no tienes un historial de ventas positivas los compradores no se fiarán y sólo comprarán tu libro si les cuesta bastante menos de lo que estarían dispuesto a pagar por un libro a un vendedor con 2000 libros vendidos y un 99.7% de clientes satisfechos.

Y quien dice eBay dice Todo Colección, Segunda Mano, Mercado libre...

5. No se lo vendas a un librero

Librero

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Los libreros buscan el comprador que le interesa el tema, la época, el género de cada libro.

Y cuesta bastante tiempo.

Sus inversiones en libros son a largo plazo, por lo que el precio que pueden pagar es bajo para que les salgan las cuentas.

6. No ocultes los fallos

Mancha de humedad

Los libros antiguos tienen fallos: faltan hojas o están recortadas o les han afectado hongos o insectos o han escrito encima del texto.

Es normal, y todos tenemos estos libros.

Pero si quieres dormir tranquilo no le vendas un libro a un bibliófilo ocultándole el fallo, encontrará tu casa...

7. No escatimes las fotografías

Detalle del encuadernador

Haz muchas fotografías, con abundante luz, que se vean todos los detalles del libro, la encuadernación, las portadas, grabados, apuntes, ex-libris, hojas de guarda, lugares, marcas de agua, etc. Hay coleccionistas especializados en detalles que no se nos pueden ocurrir y en las fotos puede ver ese detalle que no se nos habría ocurrido poner en la descripción por parecernos insignificante.

Colofón

Sí después de leer este decálogo todavía quieres vender tus libros antiguos busca algún conocido que tenga algo de experiencia y si no lo encuentras envíame unas fotos y te contaré lo que sepa sobre esos libros.

viernes, 3 de enero de 2014

El sueño del humanismo

El Sueño del Humanismo

Ayer visité por fin (está a punto de acabar) la muestra que hace de sus fondos la Biblioteca de la Universidad de Zaragoza El Sueño del Humanismo.

Aparte de mis ensoñaciones bibliocleptomaniacas, y de disfrutar de ver y lamentar no poder examinarlos pasando páginas, al trasluz, oliéndolos, etc. me hizo gracia el encontrarme con libros realizados por impresores que tengo en mi colección y se me ocurrió otra tonta idea.

El juego de beber bibliofílico. Reglas: Se lleva una botella de orujo seco o wodka recien sacado de congelador. Y unos vasos de chupito. Te encuentras un libro impreso por un impresor que tienes: chupito de orujo. Te encuentras un libro que tienes: dos chupito al canto.

Ninguna de las obras expuestas está en mi colección, no puedo permitirme las obras mayores de estos autores, así que no habría usado la regla de los dos chupitos, pero sí bastantes veces la del chupito: Ibarra, Sánchez de Ezpeleta, Gryphius, Paulo Manuzio.

No creo que hubiera podido salir de la exposición por mis propios medios. Feliz año nuevo